“¿Cuándo nos damos cuenta que la llama de la pasión se volvió una insulsa imitación de resplandor? ¿Cuándo se interpone la rutina entre dos personas que se amaron apasionadamente y vuelve todo una gris gelatina sin sabor?
Macarena Rueco nos muestra una triste diapositiva del letargo del amor.
Más textos de Macarena pueden leerse en https://piresmios.wordpress.com/ “
Durante la cena casi no hablaron. Luego de un par de horas de chequear sus teléfonos celulares, se acostaron. Los aparatos quedaron cargándose sobre la mesa de noche; cada tanto emitían esa luz chillona que interrumpe la oscuridad como una clave Morse. Él se quitó el pantalón y quedó en calzoncillos. Ella sin embargo se abrigó más. El juego previo se había reducido al abrazo de lo conocido. De espaldas a él, sus nalgas redondas, infinitamente heladas, podían sentir la presión del deseo domesticado, la pasión transformada en un perro de Pavlov famélico. Estaban amoldados. Ya ni valía la pena fantasear con otros, soñar con la conquista, el apogeo y la caída del imperio del romance. ¿Para qué? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cinco? ¿Seis años? Quizás menos. Si había algo que todavía tenían en común era esa profunda pereza.

Que bien que no es historia real 😀
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