Le dijeron que del otro lado del bosque estaba el secreto de la eternidad. Ya tenía algunos elementos para alcanzar la felicidad, pero lo único que le importaba era la trascendencia.Emprendió la travesía. En el espeso follaje cruzó monstruos dispuestos a devorárselo y hombres que se habían perdido buscando vivir por siempre.
Durante el camino se despojó de la dignidad, y los atisbos de cordura que le quedaban lo hicieron creer que había logrado convertirse en inmortal. La suya fue una eternidad que duró apenas días, hasta que la espesura se lo trago para siempre.
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La vida misma. Ese afán siempre acaba por devorarnos. Muy bueno.
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